...”El individuo habitante activo de la ciudad, es alentador de rastreos, y cazador de trazos de invisibilidad que afloran a la superficie a través de mecanismos mentales que permiten descubrir otras dimensiones de la vida en la ciudad, relacionadas con las tácticas de supervivencia y textualidad de la vida cotidiana. El espacio es vivido como una apertura: a la diferencia, la multiplicidad, la hibridación, el conocimiento, la subversión y la libertad. Un lugar de aventuras, excitante, exaltante, de liberación, temor, crimen y perversión. En el que "espacio y tiempo" se producen y manifiestan, con una condición social de uso y significado efímero, escenográfico, con una escasa duración de la perceptibilidad. El efecto que estos producen en sus usuarios o habitantes y a la no intervención y no control, por parte de un sector social, da opciones de identidad y apropiación de esa espacialidadad, garantizándolos como “lugares de anonimato”.
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